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Neuroeconomía: La Ciencia de la Toma de Decisiones

enero 21, 2020
Neuroeconomía
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Neuroeconomía: La Ciencia de la Toma de Decisiones

«Los hombres deben saber que desde el cerebro y solamente desde el cerebro, surgen nuestros placeres, alegría, risas y bromas; así como nuestras penas, dolores, penas y lágrimas».

Hippocrates (circa 400 A.C.)

La ciencia de la Economía se enfoca en el comportamiento humano, dando a comprender la la toma de decisiones racionales. Se basa en diferentes particularidades de la situación en la que se vive.

La emoción no se tomó en cuenta en la economía antes sino que se creía que se evaporaban frente al pensamiento lógico. Cuando en realidad las decisiones que son tomadas por los seres humanos están llenas de emociones.

Lo racional no reemplaza a lo emocional, sino que lo integra e incide en su desarrollo y en cada decisión final que tomamos.

La toma de decisiones es un proceso cognitivo complejo, por eso la ciencia de la Psicología habla sobre el hecho de que la toma de decisiones es el resultado de una mezcla de factores, incluyendo las interacciones sociales, educación y emociones.

La ciencia en la toma de decisiones

Con esto es que podemos hacer una confluencia entre ambas ciencias, y que están conformados por los mecanismos biológicos manifiestos en la conducta humana, y que lleva al surgimiento de la Neurociencia.

La Neurociencia es el campo interdisciplinario que expone la toma de decisiones, así como la capacidad de procesar múltiples alternativas y optar por un curso de acción óptimo. Por otra parte, estudia la razón del comportamiento económico para lograr darle el matiz necesario a la comprensión del cerebro.

Nuevo paradigma en las ciencias económicas

La Neuroeconomía presenta un nuevo paradigma en las ciencias económicas y psicológicas. La misma se basa en el uso de las técnicas de la neurociencia cognitiva: neuroimágenes; estudiando el cerebro humano, y tratando de explicar su estructura y funciones manejando técnicas conquistadas de visualización.

El apoyo de la neurofilosofía, como enfoque, es parte de la investigación científica como la mejor fuente para concebir la naturaleza del cerebro-mente.

La Neuroeconomía queda comprendida en el “homo economicus”, del modelo de comportamiento humano, donde el sujeto se presenta constituido por medio de tres características:

  • Es racional en sus decisiones o sea toma estas en términos de “coste de oportunidad”.

  • Es maximizador de sus iniciativas de ganancia económica (“más” por “menos”).

  • Piensa en su propio interés al tomar sus decisiones.

El “homo reciprocans” es el otro modelo de comportamiento humano, el mismo fue perfeccionado por Martin Nowak y Karl Sigmund, en el que la motivación del sujeto es la reciprocidad con otros sujetos, con devoción a cooperar interesadamente.

Tanto en el modelo del “homo economicus”, como en el de “homo reciprocans”, conjuntamente con la estrategia del altruismo recíproco, han permitido considerar y entender las decisiones que orbitan principalmente, en el sujeto, sobre la racionalidad estratégica o calculadora mental.

Estudia los instintos humanos, la racionalidad de los mismos, las emociones y las sugestiones profundas.

La Neuroeconomía complementa varias hipótesis

La Neuroeconomía, compleja ciencia, que complementa varias áreas e hipótesis. Todo apoyado en una hipótesis neurocompatilista sostenida en una distinguida influencia neurodeterminista de las sugestiones profundas. La misma se la ha denominado “homo neuroeconomicus”, y complementa con el modelo de “hombre de racionalidad limitada”, considerado por Herbert Simon.

Al traer a colación los avances de las Neurociencias sobre las emociones es posible establecer mecanismos que subyacen a la conducta, y que induzcan a actuar de comprobado modo en algunos contextos y a no hacerlo en otros.

En las neurociencias vive un campo interdisciplinario que se consagra al estudio del sistema nervioso. Se asocian energías para obtener el objetivo en común, el cual radica en comprender mejor la manera en la que percibimos, aprendemos, recordamos, pensamos y hasta sentimos.

La humanidad es un todo y con ella las emociones y la economía influyen y hasta confluyen. No puede saltarse los modelos psicológicos de los modelos económicos pues existen otras cuestiones que no son tenidas en cuenta, y que para ambos son claves: el nivel de satisfacción, la memoria y la falta de información.

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