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Enfoques – Enfoque sistemático

noviembre 23, 2020
Enfoque sistemático
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La temática de la Orientación profesional la abordaremos desde tres paradigmas de las ciencias sociales: la sistemática, la holística y la compleja.

Se argumentan los aportes de cada uno de estos enfoques y se caracterizan a partir de sus principios, leyes y categorías.

Enfoques Sistémicos.

Los enfoques sistémicos se originan y consolidan en el siglo XX, con el desarrollo de la biología, al parecer en sus dos primeras décadas, las denominadas “teorías organísmicas, que agrupaban interpretaciones y concepciones de la totalidad orgánica y el surgimiento de nuevas propiedades en el desarrollo de los organismos vivos.

Estas ideas comprenden una diversidad de criterios y escuelas diferentes que le dan peso fundamental.

Podemos mencionar: los estructuralistas, que hacen énfasis en el significado de las estructuras es decir, los elementos que componen.  Los funcionalistas, enfatizan en la función, el uso y la utilidad de las relaciones entre los elementos componentes.

Una primera tendencia le da rango filosófico por su generalidad y la segunda como modelo aplicable a las ciencias pero no le da alcance filosófico.

Vondracek y Porfeli.

Vondracek y Porfeli (2004) proponen un modelo ecológico de las transiciones y ofrecen planteamientos metodológicos para abordar la complejidad de la persona en desarrollo. Y en interacción dinámica con los contextos que cambian rápidamente y que se componen de niveles de contextos múltiples y organizados jerárquicamente.

Estos planteamientos requieren de concreción al plantear una actuación orientadora profesional: aprender a construir proyectos profesionales y vitales. Como componentes se encuentran la escuela, la familia y la comunidad.

La familia constituye un soporte fundamental en la construcción del ser humano, sobretodo, en las primeras etapas del desarrollo. Cuando el niño o niña forman su personalidad, aprendizajes, conductas y valores.

Es por ello, que la sociedad, entendida como el conjunto de instituciones del estado, entre ellas, la escuela, contribuirán a acompañar dicho proceso, en aras de potenciar tales recursos (valores, habilidades y competencias) en el individuo.

La situación es compleja cuando hablamos de integración familia – escuela, porque ello, supone repensar cada una de estas variables de índole histórico, político, social, económico, familiar y afectivo, tal cual, como se expresa en la sociología “principio de otredad”, es decir, quién soy yo, delante los ojos del otro. Entonces, debemos rescatar formas socialmente establecidas de relaciones humanas cotidianas, para generar reflexiones críticas.

En la medida que las escuelas y la familia, habiliten espacios de integración para el intercambio y consolidación de favorables estrategias de enseñanza – aprendizaje en los niveles de formación educativo primario del ser humano, se podrán obtener resultados positivos en las sucesivas generaciones.

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